Brave. La primera historia de princesas de Pixar

Por primera vez Pixar recurre a una princesa protagonista en Brave, en la que se presentan muchos de los elementos habituales de las películas más clásicas de Disney (una princesa, una bruja, un encantamiento...) sin que se haya renunciado al estilo característico de Pixar.

Ambientada en la Edad Media en las tierras altas de Escocia, Pixar nos presenta a Mérida, una princesa en plena adolescencia (al igual que muchas de sus colegas de Disney). Mérida ama montar a caballo y disparar su arco, sin nada que envidiar a Robin Hood. Ella no esta hecha para la vida remilgada y controlada de una princesa a pesar de todos los esfuerzos de su madre, la reina Elinor, para remediarlo.

Lo que más quiere Mérida es controlar su destino, pero con la decisión de su madre de que ya es hora de casarse, y la presentación de los posibles pretendientes, ella ve como su libertad se ve amenazada. Desesperada, después de una discusión con su madre, Mérida  huye al bosque, donde pide ayuda a una bruja para hacer cambiar a su madre de opinión.

Por desgracia, Mérida llega a casa y se encuentra con unos resultados sorprendentes y pasa el resto de la película intentando enmendar su garrafal error.

Merida es una joven cabezota y fiera que se enfrenta de forma nada propia de una princesa al peligro, pero a la vez, vemos que es una buena chica en un bonito vestido, que ama a su familia y que entiende la importancia de la dinastía. La lucha entre lo que se debe hacer y lo que se desea es la base sobre la que evoluciona toda la película.

Pixar nos presenta una princesa con fuerza y personalidad, unas características que guardan cierta similitud con el perfil de las últimas princesas Disney, como Tiana en "Tiana y el sapo" y Rapunzel en "Enredados", más decididas a tomar las riendas de su destino que sus delicadas predecesoras.

El mensaje de la película se ve en la relación entre Mérida y su madre, con todos los sentimientos complicados propios de una relación con un hijo adolescente y rebelde, la frustración mutua, la falta de comunicación y los deseos de manera que el conflicto entre ambas partes puede acabar con el amor en apariencia.

En resumen, Brave es una película excelente, aunque por debajo de lo que Pixar nos tiene acostumbrados. El estudio se ha atrevido a contar una historia más tradicional y menos de su estilo y lo hace sin despeinarse a pesar de que el guión sea el más típico cuento de hadas de la historia y si algo nos falla es la sensación de que falta algo cuando termina la película es por su corta duración y su rapidez.

Cabe destacar una ambientación cuidada y detallista, el diseño de los personajes que deja sin aliento, yo sin dudarlo me quedo con la reina Elinor que nunca pierde la compostura y la gracia sin importar la situación, tanto da que este recitando poesía o pescando en el río.